Me llamo Sergio, Sergio Ramos

Este es otro de los innumerables personajillos del mundo del fútbol que destacan por su inmensa idiotez y por tener un encefalograma radicalmente plano. Uno de esos tantos que si no fuera porque le dan medianamente bien a la pelotita y porque el deporte del balón está tan hiper considerado en este país, sería un personaje marginal, despreciado que mal viviría por los suburbios de alguna ciudad española.

Este personaje al que se le sale la nuez cada vez que suena el himno de su país por querer alcanzar el cielo con su cabeza es un claro ejemplo de vida a lo "Forest Gump". Es decir, de cómo llegar a lo más alto siendo tonto perdido. El problema es que este no tiene ni la cándidez ni el gran corazón del gran Forest.

El de Camas (cómo no, en Sevilla) ha hecho últimamente un esfuerzo para que se hable de él, y no precisamente por sus dotes futbolísticas, estancadas ya hace tiempo. Ahora ha salido a la primera fila del panorama mediático por hacer lo que peor se le da: decir lo que piensa, o lo que le viene a la cabeza (tampoco hay que ser presuntuoso).

Su serie de atentados contra la inteligencia humana comenzo con esto. Sin comentarios. El que es tonto, es tonto. Después vino lo que más ha salido en la tele, esto. No hay más que fijarse en esa cara de "Ni-ni" recien levantado, ese pelo repugnantemente engominado y una media mueca que deja claro que no es ninguna broma lo que dice. Que alguien le diga que el "Andalúh" no es ningún idioma. Y, para terminar, la guinda del pastel. Este grandioso subnormal no tiene mejor idea que escribir "¡Arriba España!" en su Twitter. Si es que cuando se pone la tecnología en manos de seres subdesarrollados...

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En lo futbolístico, el personaje de moda es Fernando Llorente. Salvando a la selección de España de un desastre contra los escoceses (el espíritu de William Wallace sigue vivo, por lo que se ve), el As y el Marca hacen lo de siempre: empezar a especular si el Madrid o el Barça lo ficharán para el año que viene. Tendrá 26 años, experiencia a mansalva, pero dice que nadie pagará su clausula. Y tiene toda la razón. Sería una locura pagar 36 millones por un delantero goleador, que va bien de cabeza, técnicamente exquisito, que conoce la liga española a la perfección y que con su selección cumple en sus pocas oportunidades. ¿Cómo van a pagar Madrid o Barça 36 millones? Habiendo pagado 75 por Ibrahimovic, 60 por Kaká, 45 por Villa o 25 por Chygrinsky... El Barça dice no. El mismo que dijo "Sí" a Zlatan Ibrahimovic, un jugador inmensamente peor, en todos los aspectos y sobre todo personales, que el futbolista de Fuenmayor.

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Villa también lo ha bordado. Resulta que la mayor discusión de la famosa mina de Chile fue por conseguir las dos camisetas firmadas del asturiano. Se nota que ha llegado Rossell con las rebajas y no había pasta para mandar 33 camisetas...

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Esto suena fascista y anticonstitucional. Y significa que yo no podría ser socio del Barça (en el hipotético caso de que quisiera tirar mi dinero a la basura).